domingo, 7 de diciembre de 2008

Cena

¿Acaso ahora puedes verme, sentirme, olerme?. No tengo que mentirte, elijo una de mis múltiples máscaras, esas que tanto te encantan, esas que tanto me pides, esas que tanto ignoras cuando las uso.

- No entiendo, ¿no te ibas?- apagando el cigarrillo con un ligero temblor entre las manos, las uñas rojas a medio pintar y unas garras animales emergiendo de los dedos.

Siempre fuiste tan sutil con tus comentarios, no me sorprende este último, por lo menos déjame pararme y tomar agua… ¿es de grifo? Sabes que la detesto y aún la sigues comprando.

¡Bah! Que mas da, eres una rata egoísta desde aquel bendito día en que nos casamos. Debí de hacerle caso a tu padre – Una alimaña egoísta como su madre, suerte- ¿Suerte? ¡Ja! Maldito aquel día, malditos tus falsos besos, malditos tus falsos placeres, maldito tu falso amor.

- ¿Estás buscando algo o que? ¡Deja de mirarme así, levántate y ayúdame a levantar la mesa!- Las gotas de sudor dan un perezoso paseo por sus profundas arrugas, como un río viejo y cansado.

Me encantaría verte intentar levantar los platos, ¡pero sólo veo tus dedos prendiéndose y apagándose, como aquel 12 de abril hace 14 años, día en que decidiste morir preparando la puta cena!

¡No es chistoso!¿No pudiste elegir un día en que estés más bonita? Ahora te veo sucia, ordinaria, repugnante. ¡Deja de reírte mierda!¡Cállate!¡Cállate!

Levanta la mesa, ya se esta haciendo tarde, prende la tele, ya comenzó mi novela!

¿Y cual será ahora?, ¿la de sarcasmo? ¿la de “me ofendes”? ¿la de la víctima?. Ya las usé, intentos fallidos, debo encontrar nuevas, complejas, por lo menos así me divertiré, eso creo, eso espero. Me quedan pocas latas de sopa, encima la burra decidió preparar sopa de pescado. Ya el pescado tomó poder de mi lengua, de mis ojos, de mi nariz.

Olor a tabaco y podrido, perfume barato y cuerpo sudoroso.

-Mañana te vas de viaje ¿no? Prepararé tu sopa preferida…

domingo, 23 de noviembre de 2008

Sólo un minuto más...

No entiendo, ¿acaso no puedo verte? Yo te hice, yo te formé, sin mi no eres nada ni nadie, ¿acaso ya lo olvidabas?

Así lo creo muchacho, ni se te ocurra escapar, eres mío. Te levantas a la hora que yo te diga.

7:30 a.m, ni un minuto más ni menos, ¿me oíste?, entonces ¡respóndeme!, deja de lavarte los dientes.

No te encierres mucho tiempo en el baño, acuérdate…lo veo todo, se todo de ti y tu nada de mí.

¡No me digas, ya comenzaste a chillar como niñito de dos años! ¡Todas las putas noches haces eso! Entiende, ella nunca te quiso, tu viejo era alcohólico, te da miedo la oscuridad, te miedo estar solo, tu perro se perdió, tu trabajo es un basura…lo sé, ¿crees que no?

Y tu almohada ahora esta empapada, y a tu costado, una almohada seca, fría y sin arrugas. A tu alrededor polillas, moscas y muebles vacíos. En tu cocina, un solo plato, un solo vaso u solo juego de cubiertos sucios estancados en el lavadero. Desde chico odiaste ser responsable.

7:29 am, falta un minuto, y comenzarás de nuevo. Te harás el mismo peinado, comerás las mismas dos tostadas con mantequilla y un poco de mermelada , tomarás un jugo de toronja, te pondrás tu misma aburrida ropa y saldrás a tu misma aburrida vida.

A veces siento que la cagué, todo el mundo piensa que soy perfecto, pues no, a veces la cago y creo cosas como tú. Por eso ahora te observo tanto, en cierto modo eres un error agradable, y eso que tu mamá trato mucho por tenerte, a veces sientes que mejor si no hubiera resultado, ¿no?

Le hice caso, se merecía un hijo, no es su culpa que tu seas así, para tal caso mejor cúlpame.

7:30 a.m, y comenzamos de nuevo muchacho, ¡arriba!

viernes, 21 de noviembre de 2008

Sin piedad

(Un poco de silencio en el ambiente)
(Solo un poco)
(Agitación) (Excitación)
(Tal vez luces muy tenues)

-¿estas bien?- pregunta totalmente desconcertada- ¿seguro que estas bien?
(Silencio total en el ambiente)

-Supongo que si. Solo déjame asimilarlo ¿si?

(Ella lo abraza…) (No como a un niño)
(Tampoco como a un hombre)

-Es normal supongo. Supuse desde antes que iba a pasar algo así. No se como pero lo supuse. No es por molestar pero… muchas veces eres algo predecible ¿sabes?.- clavando fríamente ojos y uñas en él.- no solo muchas veces, eres bastante predecible.

(Sangre) (Lagrimas) (Un silencio distinto)

- Déjame ir por favor. No me siento bien. Esto nunca debió ocurrir. Yo no debí… tu no… Déjame… por favor. Ni una sola palabra. Después de hoy seremos desconocidos perfectamente grabados por siempre en la memoria de este cuarto.

(Agitación) (Las luces nunca cambian)
(Las luces… siempre mudas) (Siempre testigos)
(Siempre dioses)

jueves, 20 de noviembre de 2008

De vuelta

Cuando pensó que ya nada peor podría ocurrir descubrió entonces que si podía.

Si en ese momento pensó en algo, no pensó que alguien pensaba por el en ese instante, pensamientos tan parecidos y a la vez tan lejanos, indiferentes.

Cuando pensó que todo andaba en orden descubrió el caos.

Si la calma amanecía con el, era desorden la señora con quien dormía las siestas y destrucción la joven con quien mantenía relaciones antes de dormir.

Cuando por fin cayo en cuenta de que todo podía ser un sueño recordó que el ya vivía una pesadilla.

Si desgracia lo acompañaba con un te y unas galletas. La realidad lo desgraciaba aun mas que sus pesadillas.

Si pensó que podía innovar, cambiar su rutina, imaginar algo nuevo, pensar algo increíble, olvido otra vez que el era solo Cotidiano.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Y rezo

Llegas como un demonio a irrumpirme la paz. Te odio... no por ti sino por lo que me haces sentir.
Caigo en tu círculo de autodestrucción y te cagas de risa, te cagas en mí, te cagas en todos. ¿Sientes que todos debemos formar parte de tu patético juego de lástima? Si no lo estoy, soy tu enemigo y si lo estoy soy una piedra en tu zapato.

Mierda como no te entiendo, ¡mierda como te odio!

¡Quiero que me dejes respirar!¡Quiero que me dejes en paz! Por favor te lo ruego dame sólo un día perfecto para mí, déjame ser egoísta, déjame ser idiota, déjame ser…¡por favor!

Cierro los ojos y me vuelvo cristiano por dos minutos y rezo, rezo por que no vengas.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Dulce suspiro (parte 2)

No hay humanos, no hay ese calor humano, aquel que me hace sentir cómodo, aquel que me hace sentir que no estoy solo, que no soy el único de mi tipo. No soy uno de esos osos polares ni un duende danzante. No soy una sirena, no soy comestible, eso espero.

Un frío recorre mi espalda, tengo miedo y mucho. Soy el extraño acá, no soy lo cotidiano, soy el invasor, el elemento de desequilibrio, el cambio. Me siento desesperado, no tengo dónde ocultarme, cada lugar es más feliz que otro y francamente estoy encontrando este sitio muy macabro.

Me siento atrapado en una de esas máscaras griegas de felicidad. Esa que es una constante agonía, esa que es tan feliz que no es natural, esa que realmente incomoda y asusta.

Entonces veo un edificio echando humo. Humo, lo que desentona en este aire rosa y limpio.

¡Hogar!

Pues no, al entrar en la fábrica no pierdo el tiempo y busco algún indicio de humanos. Subo hasta el tercer nivel, nada. Escucho risas, risas humanas, risas imperfectas, risas incomodas, risas naturales.

Entro en la habitación…veo humanos, nunca he visto tantos, todos apretados, sucios, nerviosos. Veo unas sillas, veo unas máscaras, veo como duendes y mimos dementes extraen la risa de los humanos, exprimiéndoles su felicidad, hasta la muerte. Los cuerpos son transformados en pasta, y esa pasta es transformada en caramelo, y ese caramelo es repartido entre este maldito macabro mundo rosa. La risa, la emoción, es embotellada y usada como alimento para las criaturas fantásticas, el cabello, las uñas y los dientes son molidos y transformados en escarcha, esa que decora las ventanas.

¡Quiero salir, quiero salir! Cierro los ojos…nada, ¡estoy atrapado! Tengo miedo, tengo frío, me siento solo, me siento horrible, me siento egoísta, me da miedo ir a ayudarlos, me da miedo salvarlos.

Me siento en un rincón en posición fetal, llorando, cierro los ojos de nuevo y espero salir de aquí.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Dulce suspiro (parte 1)

Me desperté e inmediatamente lo supe. ¿Qué está pasando?

Un sutil olor a almendras acarameladas se filtra por mi ventana. El aroma se caricaturiza, transformándose en manos, me envuelven, me acarician anunciándome este día particularmente extraño.

Me levanto, mi casa sigue estando exactamente igual que antes. El cambio es fuera. Trato de no apresúrame en salir, me siento relativamente cómodo aquí…pero no puedo contenerme, la curiosidad me está matando. Salgo y me encuentro con un mundo rosado.

Tal vez rosado no en color, más bien rosado en magia, alegría, dulces y sonrisas.

¿Y cómo demonios sucedió todo esto? Las casas estaban hechas de galletas con capas de azúcar que escarchaban ligeramente las ventanas de caramelo. Emanaban un olor a naranjas confitadas y chocolate derretido. En la entrada principal, árboles de mazapán decoraban la fachada.

El edificio en construcción frente a mi casa, ahora era un campo de manzanas acarameladas donde osos polares las recogían y las llevaban dónde duendes danzantes que las repartían en las puertas de los hogares.

Escuchaba risas de niño, aquellas que se escuchan en las mañanas de navidad y en los juegos de madera de los parques. Y meciéndose entre las ramas de chocolate blanco de los árboles de mazapán notaba casas de árbol hechas de las más maravillosas golosinas que he podido ver. Era una lluvia de colores y sabores…mango, fresa, sandía, moras y arándanos.

Caminé hacia el parque. La grama emanaba un sutil olor a menta y yerbabuena. Tomé un puñado y lo mastiqué lentamente. ¡Que fantástico! Fresco y dulce, ligeramente picante, simplemente perfecto.

Flores con pétalos de gomita y centro de grajeas entonan unas encantadoras melodías. En el gran río de refresco de maracuyá burbujas de fresa son desprendidas por pícaras sirenas.

Sí, todo suena fascinante, efectivamente esta era una experiencia deliciosa, embriaga mis sentidos y me encanta.

Pero…no hay nadie.